Al fin llegó la semana que todos esperábamos. Todos estábamos deseosos de ver qué había sucedido con nuestras placas, qué es lo que escondemos realmente bajo el borde de ellas. El primer día casi no pudimos ver nada, ya que todavía no habían evolucionado las bacterias y los gérmenes los suficiente.
Este día fue muy interesante, ya que, además, la profesora nos enseñó ejemplos de placas de niños, los cuales cada uno mostraba grandes diferencias, pero todos ellos tenían una gran cantidad de suciedad en las manos. En un momento dado de la sesión, pudimos ver una bacteria mediante un microscopio que trajo. Fue interesante verlo de tan cerca.
El siguiente día que teníamos clase, volvimos a ver nuestras placas, y el asombro fue muy grande. Las bacterias habían evolucionado de forma abismal.
Como conclusión, cabe decir que las manos constituyen un excelente vehículo de
transmisión de gérmenes del medioambiente a nuestro organismo (más del 80% de las infecciones
habituales se transmiten por las manos). Estos gérmenes pueden entrar a través
de la boca u otros orificios naturales, de las mucosas o de pequeñas lesiones
en nuestra piel, a veces imperceptibles. Debemos mantener las manos limpias
siempre, porque con ellas nos tocamos la cara, los ojos, la boca, cogemos
algunos alimentos y tocamos a otras personas. El lavado de manos es la medida
individual más importante para evitar la diseminación de las infecciones.
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